El forense del condado de Yakima Jim Curtice dijo que la política de su oficina era triturar las drogas encontradas en los cadáveres y tirarlas por el inodoro.
Y el único registro que quedaba de esas drogas era una anotación en el reporte de la autopsia, mencionó Curtice a los detectives de la policía de Yakima.
Pero el jefe de la asociación estatal de forenses afirmó que esa no es la mejor práctica para el manejo de drogas, y el jefe adjunto del forense del condado de Yakima aseguró que se implementó un mejor manejo de los registros en la oficina desde que la policía descubrió que Curtice inhaló drogas que tomaba de los cadáveres.
"Estos artículos se consideran pruebas. Deben estar protegidos y debe haber un formulario de cadena de custodia firmado por quien los haya manipulado", dijo Hayley Thompson, forense del condado de Skagit y presidenta de la Asociación de Forenses y Médicos Examinadores de Washington.
Curtice ha estado de baja desde que la policía de Yakima recomendó acusarle de hacer declaraciones falsas a la policía, de manipular pruebas y de conducta inapropiada oficial, tras descubrirse que su afirmación de que alguien de su oficina lo envenenó fue falsa, cuando en realidad consumió drogas que encontró en cadáveres en el ejercicio de sus funciones, según la policía de Yakima.
Los cargos recomendados, todos delitos menores graves, se remitieron al fiscal de la ciudad de Ellensburg para una decisión de acusación, debido a conflictos de intereses en el condado de Yakima. Los delitos menores graves conllevan una pena máxima legal de un año de cárcel.
Curtice acudió a la policía el 27 de agosto, un día después de que su esposa lo encontró inconsciente en su despacho. Curtice dijo que una prueba de drogas en un hospital local encontró que tenía cocaína en su sistema, y su prueba efectuada a sí mismo, halló fentanilo en su sistema, así como cocaína y fentanilo en su polvo para hacer bebidas energéticas y en el hervidor eléctrico en su oficina, de acuerdo con un reporte de YPD.
Curtice dijo que cayó enfermo después de tomar un sorbo de una bebida energética, según el reporte.
En el reporte, Curtice afirmó que el jefe adjunto del forense Marshall Slight era el sospechoso más probable de haberlo envenenado. Pero después de que Curtice no pasó la prueba del detector de mentiras, confesó que tomó drogas que encontró en cadáveres y las inhaló en su oficina tres veces por semana, durante varios meses, y que echó polvo en la bebida y en el hervidor para apoyar su afirmación de que fue envenenado.
Durante la investigación, Curtice describió el método de la oficina para tratar las drogas que se encontraban en los cadáveres en investigaciones no criminales. En el reporte, Curtice dijo que las drogas que se hallaban se trituraban en una licuadora pequeña y luego se tiraban por el inodoro.
"Afirmó que eso no era lo que se suponía que debían hacer", escribió el teniente Chad Janis en su reporte. "Le pregunté qué se suponía que debían hacer. Afirmó que deberían llevar las pastillas a las cajas de devolución de drogas en la oficina del alguacil. En lugar de eso, las trituran y las tiran por el inodoro, lo que probablemente no es medioambientalmente correcto".
En las investigaciones criminales, la policía se llevaba las drogas como prueba.
Cuando los detectives pedían un registro de las drogas encontradas, Curtice dijo que las anotaba en los reportes de las autopsias y que tendría que consultar cada reporte para obtener un recuento.
Aunque las oficinas tienen procedimientos diferentes, Thompson, de la asociación estatal de forenses, dijo que hay prácticas recomendadas por la Asociación Internacional de Forenses y Médicos Examinadores y por el Instituto Nacional de Justicia.
Estas prácticas incluyen precauciones de seguridad como el uso de guantes, la seguridad de los medicamentos y la documentación de todo lo relacionado con los medicamentos y quién los ha manipulado.
En su oficina, Thompson dice que intenta asegurarse de que nunca se lleven drogas a la oficina, y si se encuentra alguna droga en un cuerpo, se avisa inmediatamente a la policía.
En la Oficina del médico forense del Condado de King, cualquier droga encontrada durante la investigación de una muerte se documenta y se asegura, usando los mismos procedimientos que emplea la policía en el manejo de pruebas y el establecimiento de una cadena de custodia, dijo Kate Cole, vocera del Departamento de Salud Pública del Condado de King.
Esto significa guardar las drogas en una bóveda dentro de una habitación cerrada con llave y de acceso restringido. Cuando ya no son necesarias para las pruebas, las drogas se entregan a la Oficina del alguacil del Condado de King para su destrucción, o se entregan a la dependencia que investiga la muerte para su investigación, dijo Cole.
Slight dijo que la oficina solía tirar las drogas molidas por los desagües en el pasado, pero durante su mandato en los últimos 16 años, han sido molidas y puestas en un receptáculo de riesgo biológico.
"Intento no llevarme las pastillas del lugar de los hechos", afirma Slight. "La mayoría de las veces, la policía se las lleva del lugar de los hechos".
Slight dijo que el proceso de notificación ha cambiado desde el incidente con Curtice, y que ahora se lleva un registro en lugar de anotarlo en cada reporte de autopsia. Y si se encuentra alguna droga en una autopsia que implique algún delito, la policía se la llevará como prueba, dijo Slight.
En 2023, la oficina del forense asumió la jurisdicción sobre 802 de las 2093 muertes en el condado. De esas muertes, 95 fueron sobredosis de drogas o alcohol, mientras que el fentanilo fue un factor en 65 de ellas.
